La Policía Nacional detuvo a Roberto Álvarez, identificado como cabecilla de una organización criminal y financista de los Comandos de Frontera, dejó al descubierto la infiltración de ese grupo armado colombiano en Ecuador. Esta red, que surgió tras la desmovilización del Frente 48 de las FARC tenía su sede en Sucumbíos. Pero además del narcotráfico, uno de sus pilares para financiar sus actividades ilícitas es la minería ilegal en provincias como Sucumbíos, Orellana, Napo, en la Amazonía, así como Imbabura y Bolívar, en la Sierra. Mario Pazmiño, experto en seguridad y exjefe de inteligencia del Ejército, indicó que estos grupos colombianos buscan el control de territorio en el país para dichos delitos.
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