En Guayaquil, las noches se han vuelto peligrosas debido al incremento de robos con escopolamina y sustancias similares, especialmente en el centro de la ciudad. Aunque los casos aún son menores en comparación con 2023, ya superan las cifras de 2024. Los delincuentes utilizan estos químicos en bebidas para aturdir a las víctimas, que suelen consumirlas en bares y discotecas. Expertos en seguridad advierten sobre los riesgos de este tipo de delitos, que incluyen la posibilidad de afectaciones tópicas o por vapores dispersos. La tendencia de aceptar bebidas o ayuda de desconocidos aumenta la vulnerabilidad.
Fuente: Diario Extra
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